Es posible conocer por su aspecto visual, táctil y características físicas del material, saber si reúne las condiciones de calidad deseables para una correcta nutrición.

1. Color: debe ser amarillo, dorado o beige, homogéneo. Nunca marrón oscuro ya que esto significa que ha sido sobrecalentado. El exceso de calor en el proceso determina una baja en la digestibilidad. Tampoco debe tener tonos verdes o negros que ponen de manifiesto descomposición de los nutrientes.
2. Olor: agradable, propio de un grano horneado. Los olores ácido, rancio, fermentado o a quemado expresan mala calidad.
3. Vista: las partículas son láminas finas (2 a 3 mm) de variada dimensión, similares a los copos de cereales. No debe presentar grumos (agrupamiento de partículas). Tampoco es admisible la presencia de granos visibles enteros o partidos.
4. Tacto: las láminas son secas y fácilmente quebradizas. Sin exceso de material graso.

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